¿Estámos enganchados a los móviles? ¿Podríamos vivir sin ellos?

¿Estámos enganchados a los móviles? ¿Podríamos vivir sin ellos?

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Hablemos ahora del denominado «Síndrome de batería baja». Que levante la mano quién no lo ha sufrido alguna vez, quien no ha buscado un cargador desesperadamente… Cuando aparece el color rojo en el indicador de la batería de nuestro móvil, comienza la búsqueda de carga como sea:

1.- Desactivamos los datos del móvil o lo ponemos en modo avión.
2.- Pedimos un cargador a conocidos e incluso a quienes no conocemos.
3.- Somos capaces de entrar a un establecimiento y consumir solo para cargar el móvil.
4.- El uso de baterías externas o cargadores portátiles de todas las formas y colores que han proliferado una barbaridad y hay personas que tienen 2, 3 e incluso más. Antes muerto que sin batería. 😉
5.- En casos extremos, llevar otro móvil por si acaso.

Dejando los síndromes, que no son poca cosa, entraremos en otro terreno algo más pantanoso: el uso del móvil en el trabajo.

Creo que podemos decir sin equivocarnos que prácticamente la totalidad de personas que tienen un smartphone, lo utiliza, en mayor o menor medida, en su trabajo. Actualmente en la mayoría de centros de trabajo hay redes wifi y, en el caso de no haberlo, las tarifas de datos que existen en el mercado permiten el acceso a internet sin problemas.

El problema viene cuando se realiza un uso abusivo del móvil en el puesto de trabajo. Creo que todos hemos visto alguna vez a personas que estaban en horario laboral con el móvil en la mano. Esta situación está llevando a que empresas e instituciones públicas empiecen a incluir en sus reglamento de régimen interno la prohibición del uso de móviles en el puesto de trabajo.

Por todo lo anterior, síndromes y uso en el ámbito laboral, creo que se puede decir que en la actualidad la adicción o dependencia de los móviles se da en un amplio sector de la población, sobre todo en los más jóvenes. No hay mejor ejemplo que el de decirle a un adolescente que le vas a quitar el móvil, veréis la reacción que se produce…

La cantidad de veces que revisan sus móviles en busca de nuevas notificaciones, nuevos likes en sus fotografías de Instagram, chats de WhatsApp…es brutal, he llegado a observar a jóvenes que lo miran cada dos minutos e incluso menos tiempo. Jóvenes que son capaces de pasar gran parte de la noche con el teléfono en la mano chateando o navegando por sus redes sociales, un fenómeno conocido como ‘Vamping’.

Un dato revelador revelador lo aporta un estudio realizado por investigadores de la ONG Common Sense Media, con la participación de más de 1.200 adolescentes, entre los 12 y los 18 años, y sus padres.

El 50% de los adolescentes se consideraba adicto al móvil, una cifra que los padres elevaron al 60%

Para finalizar, y viendo todo lo expuesto, creo que vivimos en una época en la que es complicado vivir separado de los móviles, sobre todo para los más jóvenes, y que, aunque cueste reconocerlo e incluso no se haga, estamos enganchados a esos móviles que llegaron hace más de una década y que cambiaron nuestra forma de vivir y relacionarnos para siempre.

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